CUANDO LAS RATAS PRESUMEN DE PLACA, SIN SABER QUÉ ES SER POLICÍA
Por Ernesto
Pérez Vera
Conste que
no soy amigo del policía local de Algeciras que este fin de semana detuvo en el
Llano Amarillo a un borracho agresivo, intervención, ésta, que fue filmada con
numerosos teléfonos móviles, dado que todo se llevó a cabo en un ambiente
nocturno de corte hostil, pues algunas de las cientos de personas allí
congregadas insultaron a la pareja interviniente, amén de lanzarles objetos. Y
digo que no soy amigo de él porque solo hemos cruzado tres palabras, en tres
ocasiones, y porque además nunca hemos trabajado juntos. Pero en virtud de mi
experiencia policial callejera, opino que el agente en cuestión rezuma interés
y compromiso para con el ejercicio de sus competencias profesionales, pues es
de los que nunca mira para otro lado, como me consta que ya ha acreditado en no
pocas complicadas ocasiones.
Por currar
haciendo lo que otros eluden hacer, dejando en evidencia a los débiles de
ética, este hombre fue gravemente ofendido en Twitter por quien dirige los
comunicados públicos de un sindicato de policías de otras siglas. Desde el
perfil de la red social de la plataforma sindical, han insultado al funcionario
municipal por la detención del borracho de marras y por haber usado hace unos
veranos la pistola de impulsos eléctricos, que es reglamentaria, contra un
violentísimo agresor que estaba consumiendo drogas en una playa repleta de
respetables bañistas. Cosas de las nuevas tecnologías: aquello también quedó grabado.
Omito a
propósito el nombre del sindicato y del cuerpo al que pertenece el crítico
cretino, a la sazón huérfano de lucidez policial, para no herir los
sentimientos de los honrosos miembros de dicha fuerza que repudian las cobardes
e injustificables ofensas que yo hoy no voy a reproducir. ¿Que por qué me meto
en estas arenas? Muy sencillo. Me mojo, principalmente, porque durante años fui
víctima de carroñeros, de borrachos y de corruptos de porra en ristre, de toda
la gama cromática uniformada. Gente que ni hacía ni dejaba hacer, pero que públicamente
pasaba por ser la hostia. Gente que, por desgracia, terminaba ascendiendo y
manejando los hilos del poder, las medallas, las felicitaciones y hasta los
cambios de destino.
Quiero
decir, para acabar, que hay que ser muy poco policía y hay que haber sudado muy
poca calle para poner a caer de un guindo a los compañeros que tienen el valor
de salir diariamente a hacer lo que otros no han hecho en sus muchos años de
arrastre de abrillantadas y tristes placas. Tiempo ha habido ya, en estas
bastantes horas, como para que los jefes del agraviado se pronuncien por sí
solitos o de la mano de los políticos, por su puesto para apoyar a la víctima
de esta ignominia, escupiendo contra el lerdo autor del tuit (no entro a valorar sus faltas ortográficas). ¿A qué están
esperando?■
Como siempre amigo eres un señor en tus palabras y en tu persona, me quito el sombrero. Ánimo al compañero que sí tengo la suerte de conocer.
ResponderEliminarGrande como siempre. Verdades como puños.
ResponderEliminarTe doy toda la razón, los que tenemos ganas de trabajar y nos gusta nuestro trabajo somos criticados por los perros que debían de callar.
ResponderEliminarGrandísimo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTodo el que critica la actuación, lo hace porque ese borracho no estaba cogiendo a su mujer/novia por el pelo, lamiéndola, u orinándose encima de ella mientras él estaba jugando al pádel con los colegas, porque de haber sido así, los estaría criticando por estar los "putos guardias" todos los días tomando café, haciéndose un cigarrilo, o paseando por las calles sin hacer nada.
ResponderEliminarSi haces, porque haces, si no haces... ¡¡EN FÍN!!